Un linaje de violencia. El asesino de Iryna Zarutska, Decarlos Brown, no rompió el patrón familiar de violencia. Su hermano ya está tras las rejas por apuñalar a un hombre de 65 años hasta la muerte en Charlotte en 2012, y su padre cumplió años por delitos violentos, incluida la conspiración para cometer delitos graves, allanamiento de morada y delitos con armas. Incluso su propia familia vio el peligro. Su madre le rogó a la corte que lo mantuviera encerrado, y su hermano dice que el asesinato "podría haberse evitado". Las advertencias estaban por todas partes. El sistema los ignoró y una mujer inocente pagó el precio.